Césped natural, hierba, grama o pasto es una docena de especies de gramíneas que crecen creando una cubierta verde y densa
El césped natural es muy utilizado como planta ornamental en jardines, prados y también
para la práctica de actividades recreativas y diversos deportes.
En casi todos los jardines, ya sean pequeños o grandes, existe una zona con césped,
esto se debe a que cumple su función de paisajismo, da sensación de uniformidad al
jardín unificando todas las piezas que lo compongan gracias al color regular que tiene
en todas las zonas, proporciona profundidad al jardín, recreando un sitio de reunión y
juego, además con unos cuidados básicos aguanta bien el pisoteo.
El césped natural crece mediante semillas en las estaciones templadas (primavera y
otoño). Suelen utilizarse mezclas de especies diferentes de semillas ya que cada una
aporta sus características específicas, adaptándose mejor a los usos, climatología
existente en la zona o necesidades concretas que se vaya a realizar.
Su crecimiento se realiza mejor a pleno sol, si bien es cierto que existen especies que
se adaptan a zonas sombrías, es mejor que sean poco espesas para conseguir su
crecimiento.
Es aconsejable que para cada zona climática se utilice una mezcla determinada de
semillas.
El césped natural necesita riegos regulares para su supervivencia, dependiendo de la
climatología existente en cada momento, el tipo de suelo, la orientación del jardín, la
época del año o la exposición solar a la que está expuesto.
Y por último necesita un abono rico en nutrientes, sobretodo nitrógeno, que sería
conveniente aplicarlo de 2 a 3 veces al año.
Antes de plantar césped natural, debemos preparar el terreno para que esté en perfectas
condiciones.
Si en el terreno que tenemos hay un exceso de arena o yeso, debemos aplicar una capa de
tres a cinco centímetros de musgo o turba para enriquecer el terreno, aunque no
presente ese exceso, se puede aplicar igualmente ya que es beneficioso para la tierra.
Debemos comprobar la nivelación del terreno, y el drenaje para evitar que se formen
posibles bolsas de agua que puedan perjudicar al césped natural. Una vez realizado
esto, habrá que rastrillar la tierra alrededor de 15 centímetros de profundidad
eliminando todos los terrones de tierra que estén formados. Estas labores pueden
realizarse en cualquier época del año, lo único que siempre deberá estar el terreno
seco.
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